Artículo #129
Alimentos funcionales y nutracéuticos: el futuro ya está aquí
Los alimentos funcionales son aquellos que “aparte de su contenido nutritivo, contienen ingredientes que desempeñan una actividad específica en las funciones fisiológicas del organismo humano, favoreciendo la capacidad física y el estado mental, y suelen presentarse en forma de alimentos para uso diario enriquecidos en determinados nutrientes o sustancias beneficiosas para la salud” (León, 2020). Entre ellos, destacan aquellos que contienen determinados minerales, vitaminas, flavonoides, aceites naturales, ácidos grasos, fibra y probióticos que tienen cultivos de microorganismos vivos, beneficiosos para la salud humana. También se considera el calcio, la fibra y el aceite de pescado (omega 3 y 6), como precursores de los nutracéuticos.
Texto destacado
Se cree que los alimentos funcionales existen desde la Antigüedad Grecorromana. Por ejemplo, Hipócrates (filósofo griego padre de la medicina) escribió: "Que la medicina sea tu alimento y el alimento sea tu medicina".
Por otra parte, el término “nutracéutico” fue acuñado en 1989 por el médico italo-estadounidense Stephen De Felice, como un acrónimo de los conceptos "nutrición" y "farmacéutico". De Felice definió los nutracéuticos como "un alimento o parte de un alimento que proporciona beneficios médicos o para la salud, incluyendo la prevención y/o el tratamiento de enfermedades". Estos compuestos son una clase emergente de productos bioactivos de origen natural que bordean la línea entre los alimentos y los medicamentos, y que proveen beneficios a la salud humana, incluyendo la prevención o tratamiento de enfermedades. La diferencia específica entre un “nutracéutico” y un “alimento funcional” radica en el hecho que el nutracéutico lo compone la parte biológica del alimento funcional, por ejemplo, aquella que reduce el colesterol (en este caso, el fitosterol).
De esta manera, un nutracéutico, puede ser definido como un “suplemento o complemento dietético”, compuesto presentado en una matriz no alimenticia (píldoras, cápsulas, polvo), de una sustancia natural bioactiva concentrada, presente usualmente en los alimentos y que, tomada en una dosis superior a la existente en esos alimentos, tiene un efecto favorable sobre la salud, mayor que el que podría tener el propio alimento. Es decir, los nutracéuticos son los componentes del alimento o partes del mismo, que aportan un beneficio demostrado y añadido para la salud, capaz de proporcionar mejoras médicas, en la prevención y el tratamiento de enfermedades. Un nutracéutico es la parte biológica del alimento funcional, no es un alimento propiamente dicho, sino un producto que contiene algunos componentes del alimento funcional, más o menos aislados.
Demanda Global
Los productos nutracéuticos experimentan un incremento significativo de la demanda global, puesto que están íntimamente vinculados a la alimentación saludable y el bienestar. Un claro ejemplo de esto, dice relación con el crecimiento de este mercado en los Estados Unidos, país que, según las estimaciones de ProChile: “Considerando el aumento de la población con sobrepeso y obesidad del país, se estima que la tendencia al consumo de alimentos saludables continuará en expansión en EE.UU.” (ProChile, 2017).
Asimismo, un reciente informe elaborado por esta institución durante el año 2017, denominado “Funtional Food Market Research Report”, se señala que: “Dentro del grupo de alimentos saludables, se encuentran los alimentos funcionales, eje central de este estudio, según el Functional Food Science in Europe, por alimento funcional se entiende aquel que proporciona beneficios demostrables para una o más funciones del cuerpo, más allá de los efectos nutricionales básicos, de manera que sea relevante para mejorar el estado de salud y bienestar, reduciendo riesgo de enfermedades. Estos alimentos pueden ayudar a prevenir enfermedades, reducir riesgos de desarrollar enfermedades o mejorar la salud”.
En la actualidad, el “alimento funcional” se asocia al contenido nutricional que posee el producto, como, asimismo, a sus aportes a una vida más saludable: “Estos factores juegan un rol central al momento de definir las decisiones de compra de los consumidores y ayudarlos a tomar decisiones informadas, especialmente con productos que posean nuevos ingredientes, donde existe un mayor desconocimiento en cuanto a sus beneficios. Al hacer un análisis de las tendencias y proyecciones de esta industria, según el estudio, se espera que la demanda por alimentos con suplementos nutricionales, bebidas energéticas y nutracéuticos continúe creciendo”. (ProChile, 2017).
En este contexto, cabe destacar que Chile presenta productos de alta calidad y grandes beneficios para la salud, lo que muestra un enorme potencial de oportunidades para el desarrollo de cultivos tales como maqui, calafate, murta, rosa mosqueta, boldo, algarrobo, entre otros productos endémicos. Por el conocimiento científico de las propiedades beneficiosas que poseen, incluyendo en ellas la prevención de enfermedades, los nutracéuticos se han asociado a la prevención y tratamiento de al menos tres de las enfermedades que contribuyen con una alta tasa de mortalidad en los países los desarrollados: diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, y en la prevención de otras en determinadas etapas de la vida, como la osteoporosis.
Nutracéuticos y complementos alimenticios
Según Alejandra León, experta en nutrición y salud alimentaria del Colegio de Farmacéuticos de la ciudad de Sevilla, al hablar de nutracéuticos, estamos hablando de una categoría muy amplia de productos que deben cumplir los siguientes criterios:
a. Ser productos de origen natural, aislados y purificados por métodos no desnaturalizantes para conservar sus propiedades originales sin hacer algún tipo de manipulación química.
b. Deben tener efectos beneficiosos para la salud: mejora de una o más funciones fisiológicas, acción preventiva y/o curativa, y mejora de la calidad de vida, y aportar una estabilidad temporal.
c. Han de superar un análisis de estabilidad y toxicología y análisis químico.
d. Deben realizarse estudios reproducibles de sus propiedades bioactivas en animales de experimentación y en humanos.
e. Normalmente se presentan en una matriz no alimenticia (píldoras, cápsulas, polvo...) de una sustancia natural bioactiva concentrada, presente usualmente en los alimentos y que, tomada en dosis superior a la existente en esos alimentos, tiene un efecto favorable sobre la salud mayor que el que podría tener el alimento normal. Es decir, contiene algunos componentes del alimento funcional más o menos aislados.
En este mismo sentido, según la experta, entre los más representativos nutracéuticos que es posible hallar en el mercado actual, podemos destacar los siguientes:
1. FITOESTEROLES. Terapéutica no farmacológica para el tratamiento de la hipercolesterolemia (LDL colesterol) y el riesgo cardiovascular atribuido. Siempre acompañada de una dieta rica en vegetales y baja en grasa animal. También son recomendables en adultos ya tratados para esta patología con estatinas. Esta sinergia permite, en algunas ocasiones, utilizar dosis mas bajas de estos fármacos así como minimizar sus efectos secundarios.
2. FIBRA SOLUBLE: estimula la masticación, salivación y secreción de jugos digestivos, por lo que facilita la digestión, favorece el volumen del bolo alimenticio y aumenta el volumen fecal; estimula los movimientos peristálticos y permite regular la frecuencia de la defecación. Retarda el vaciamiento gástrico facilitando de esta manera el retraso de la absorción de glucosa en el intestino y sirve de sustrato alimenticio para las bacterias del colon que liberan gases, favoreciendo el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento.
3. COMPUESTOS FENÓLICOS como FLAVONOIDES Y ANTOCIANINAS: pigmentos constituyentes normales de las células o tejidos que dan color a los alimentos. ISOFLAVONAS: presentes en algunos vegetales especialmente la soja. (podemos encontrar la daidzeína, gliciteína y genisteína). RESVERATROL: presente en frutas de color morado, azul, rojas y en el vino tinto. CAROTENOIDES: beta-caroteno (acción pro-vitamina A), licopeno y luteína. Estas sustancias disminuyen el estado oxidativo, reduciendo la oxidación del LDL (lipoproteínas de baja densidad) y la tensión sistólica (más conocida como tensión alta en las mediciones de tensión arterial) así como los carotenoides participan en la formación de vitamina A (conocida también como retinol ya que produce los pigmentos de la retina del ojo), muy importante para mejorar patologías visuales como la DME (Degeneración Macular asociada a la Edad). Las isoflavonas son fitoestrógenos de una estructura similar a los estrógenos naturales los cuales cubren el déficit propio en la menopausia.
4. ÁCIDO FÓLICO: el consumo de ácido fólico antes del embarazo y durante el primer trimestre, puede reducir la aparición de defectos del tubo neural del feto hasta un 70%.
5. ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3 (w-3): los tres principales ácidos grasos omega-3 son: ALA (ácido-alfa-linolénico), EPA (ácido eicosapentaenoico), DHA (ácido docosahexaenoico). Estos ácidos grasos intervienen en la reducción del colesterol que es transportado por las LDL y promueven el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) las cuales limpian las arterias, movilizando el exceso de colesterol desde los tejidos hasta el hígado. Estos últimos son el mejor ejemplo del beneficio cardiovascular de los nutracéuticos.
Por otra parte, los “complementos alimenticios” o también denominados “suplementos dietéticos”, son aquellos productos utilizados para complementar la dieta, que contienen ingredientes beneficiosos para la salud, tales como vitaminas, minerales, especies vegetales o botánicas, aminoácidos, extractos y concentrados, que se usan para suplementar la dieta incrementando así la ingesta diaria de esas sustancias. Se presentan generalmente en forma de píldora, cápsula, comprimido o líquido. No en forma de alimento convencional ni como el producto exclusivo a ingerir como comida o alimento. Se trata de complementos añadidos en formatos no alimentarios.
De esta manera, se etiquetan como "complementos alimenticios", los que pueden ser de origen natural o químico sintéticos y pueden incluir sustancias aprobadas legalmente para tal fin.
En este contexto, Ana Jiménez señala que: “Es importante recordar que el uso de alguno de estos productos, en situaciones puntuales y especiales, no excluye el cumplimiento de una dieta equilibrada ni de unos hábitos alimenticios saludables. Así como especial atención en pacientes crónicos, embarazadas, lactantes, niños pequeños y ancianos”.
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4. Jiménez, Ana. “Alimentos Funcionales y Nutracéuticos: Nuevas Tendencias en Alimentación”. https://www.innofood.es/nuevas-tendencias-en-alimentacion-alimentos-funcionales-y-nutraceuticos
5. León, Ana. Farmacéutica. Vocal de Nutrición y Salud Alimentaria del COF Sevilla. Nutracéuticos. ¿Qué son? ¿Qué beneficios nos aportan? En: http://www.farmaceuticosdesevilla.es/blog/nutraceuticos-que-son-que-beneficios-nos-aportan-_aa1800.html
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